Ser ella Ella se llama Marcela, su apariencia es la de una mujer de 38 años. Luego de preguntarle por su edad, nos quedamos boquiabiertos, realmente tiene 47. Su gestualidad y algo en el timbre de voz nos despistó. Ella no usa maquillaje, tiene la piel fresca y el peinado secado al viento; esa naturalidad entona con su atuendo relajado, más bien informal, pues no le interesan las marcas. Sobre él lleva un delantal manchado con restos del material que utiliza en su oficio. Tiene las manos libres de accesorios, tan solo unos aros simples y un collar color plomo haciendo juego, con tintes de “hecho a mano” o artesanal. No creemos que la “belleza arquetípica” la defina, porque eso no se ve a simple vista; la peculiaridad de sus facciones se centra en las marcas de expresión alrededor de sus ojos que denotan el enfoque que le da vida a sus obras y el exceso de gesticulaciones involuntarias que solo surgen cuando está creando. Imaginamos que sus gustos musicales engloban una época, influ